¿Sientes un vacío en tu interior y crees que puedes necesitar abrir un espacio en tu vida para desarrollar tu lado más espiritual? ¿Quieres darle una oportunidad a tu intuición y conectar con tu mundo interior? Si la respuesta es sí, puede que lo que realmente necesites sea una iniciación espiritual. 

Y es que, del mismo modo que una persona enferma visita a su médico para que le prescriba el tratamiento que necesita, quienes sienten un vacío espiritual necesitan una guía o padrino que les ayude a gestionarlo. Pero, ¿por dónde empezar para conectar con nuestro espíritu? La respuesta la tiene la iniciación espiritual. ¿Qué pasos seguir para realizarla?

 

Construye tu propio espacio físico de reflexión

Para conectar con nuestro ‘yo’ más espiritual se requiere tiempo. En este sentido, es importante no interrumpir nuestro camino hacia la iniciación, por lo que la continuidad es clave para que el proceso realmente sea efectivo. Así que, en primer lugar, construye en tu hogar un espacio sagrado que te de la paz suficiente para conectar con tu mundo interior, pero también para rezar, reflexionar, etc. 

 

Conecta con la naturaleza

Estar cerca de la naturaleza no solo nos ayuda a mantener sanos nuestro cuerpo y nuestra mente: también nuestro espíritu. Y es que todos los seres vivos tienen una conexión biológica con la naturaleza que ayuda a mantener la salud física, mental y espiritual en sintonía. 

Además, estar en contacto con la naturaleza no significa escapar de la realidad, sino descubrir y conectarnos con nuestra propia realidad.

 

Confía siempre en tu intuición 

No olvides que el mundo espiritual está más cerca de la intuición que de la razón. En este punto, es importante buscar dentro de nosotros mismos y dejar que sea la intuición la que nos guíe durante nuestra iniciación espiritual. Déjate llevar y que sea esta fuerza interior la que te ayude a escoger el mejor camino.

 

Apuesta por el mindfulness

Convertir la espiritualidad en algo cotidiano se puede conseguir mediante la técnica mindfulness, una disciplina en auge que, no obstante, no tiene nada de novedosa. De hecho, ya se practicaba en la cultura budista hace más de 2500 años. Esta disciplina se basa en el acto general de meditar y se focaliza en el aquí y el ahora, dejando de lado el ruido y las distracciones.

te hablare de ti